jueves, 27 de marzo de 2008

Hola o la nueva gilada: "HOLIS!"

Largo el 2008 con toda la furia.
Adaptada a lo habitual, una vez más.
Leer los diarios todas las mañanas, por la tarde los noticieros…La realidad, los informes, lo que uno se entera acerca de lo que pasa en su ciudad.
Vivir constantemente sin poder relajar. Salgo por la mañana con el auto. Llevo a Lola al cole y recuerdo que tengo el tanque de combustible en reserva desde el día anterior. Bueno, cargaremos en el camino. Pero en dos estaciones de servicio, no había más súper. Manejar, entonces, con los nervios de punta, a ver si me quedo de camino!
Todos los días, pero absolutamente todos los días, aumenta algo de precio. El año pasado: el tomate pasó a ser el centro de las noticias. El precio se fue a las nubes y todos hablaron del tomate hasta lograr un boicot masivo que salió nuevamente en las noticias. Bajó el precio del tomate pero se disparó el de la papa! Hoy en el laburo se volvió a hablar del precio de la papa. Un kilo: ocho pesos! Y la carne también sube. O porque la exportamos o porque no exportamos. Y mientras tanto, en las calles, todo se calienta: robos, rehenes, hombre araña y encima violador. Se suben a tu auto y te llevan de gira por los cajeros automáticos. El día anterior a escribir esto, se habían llevado a una familia entera!
Sigo con el auto luego de haber dejado a Lola en el colegio. Encaro el tránsito de esta ciudad, en donde la mayoría maneja por donde se le antoja. Y el que va respetando el carril, de repente se tiene que joder porque el de al lado se viene encima y pone su mejor cara de pelotudo, en vez de encender la luz de giro como corresponde. Los camiones y los colectivos agarran cualquier carril y no esperan a que el bus de adelante termine de cargar sus pasajeros. Noooo! De repente, los vemos doblar casi en perpendicular para zafar de la espera. Total, son enormes. Para confirmar su poderío y la precariedad de los empresarios, dueños de estas compañías de transporte, pudimos ser testigos en un informe que salió en la tele de que son ellos los que tienen las monedas de todos los ciudadanos! Las venden! Y los giles, vamos y hacemos cola en la terminal de estas empresas y por una ventanilla te cambian billetes por monedas pero te cobran cuatro pesos por el cambio! Mientras tanto, el que labura en el centro, va al banco a pedir monedas y hay carteles que informan acerca de la falta de monedas. Si vas al kiosco a comprar cigarros, te encajan caramelos por el vuelto, porque no hay monedas.
Y llego por la tarde al garaje donde guardo el auto. Veo el cartel que dice: “Las cocheras aumentarán treinta pesos a partir del mes de Abril” Buenísimo! Me bajo, baja Lola y caminamos dos cuadras hasta casa. En doscientos metros me crucé con dos chicos de más o menos ocho años. Como lo vi en la tele, pasaron al lado mío. Llevaban la bolsita de Poxi-Ran. El más bajito iba detrás del alto, aspirando pegamento.
Lo miré y le dije: “no, nene, no” Pero jamás se hizo cargo. Creo que ni me escuchó.
Seguimos caminando. Pasamos por las puertas del Hospital Duran que está clausurada. Ahí se armaron “El rancho” Hay tres colchones tirados, cartones, sábanas y mas trastos. Hasta han pegado fotos de chicas de revista en la puerta sobre la que acomodan sus camas, como para poder ir a dormir de lo más “inspirados”
Y unos metros antes de llegar a casa, una mujer que deambula por el barrio yace sentada en donde se le place, seguramente durante horas, mientras que otros van a laburar, pagan las cuentas, sobreviven a los aumentos de precio con el mismo sueldo, todos estos meses.
Y de repente, agarro una revista en la que hay un artículo acerca de la vida, el trabajo y una vida “balanceada”
Estoy agotada y recién larga el 2008. Me dijeron que no me preocupe tanto, que te terminás adaptando. Tiene que haber algún tipo de protección por parte del gobierno. Por qué no se le puede dar tranquilidad al ciudadano que labura día a día?
Piensan que ocultando la información, desviándola o haciéndonos creer que la inflación es de un dígito vamos a vivir más tranquilos? Y el resto?
Siento bronca y hoy despotriqué contra los pobres, los que viven en la villa y están re cómodos en ella. Contra los que tienen “El Plan Trabajar”, contra la gente que viene del interior y se establece en la villa. Mi delirio llegó hasta querer implementar aduanas provinciales y deportar a la gente que viene a Buenos Aires sin trabajo y sin proyecto. Contra los cartoneros y sus changos mortales o sus carros tirados por caballos sedientos y famélicos. Contra los ladrones: Mandenlos a la Isla Martín García, a todos los delicuentes! Fuera!
Ahora estoy súper enganchada con Lost y la verdad, que yo me iría a La isla.
El campo se levantó y no se puede agarrar ninguna ruta, porque está todo cortado. Piquetes y contra piquetes. Estancieros y camioneros. Mientras tanto comenzó la última paranoia: Vayan y compren como si estuviésemos en guerra porque hace 14 días que pararon los del campo y pronto, no habrá más que comer. Entonces comenzó el “cacerolazo urbano” (Si, este país da para todo) ¡¡¡Salieron los porteños a manifestar por el campo!!!
¡¡¡Hasta en Barrio Norte hubo cacerolazo!!!
Somos fantásticos o no?
ME QUIERO IR A LA ISLA!

2 comentarios:

Betiana dijo...

Tenes tanta razon en lo que decis. Lo que describis, lo observe en 4 dias, cuando estuve en febrero.

Yo tampoco se como hacen los argentinos para subsistir en medio de tanto drama y tanta forreada. Realmente duele verlo desde afuera.
Pero justo cuando siento culpa por lo afortunada que soy de "vivir en una isla", aparece uno que me rotula de "burguesa" y me manda a guardar mi opinion(solidarizacion) junto con "mis dolares"... Por desertora!

Damned if you do... Damned if you don't!

Aveces la vida te obliga a ser egoista. Es nuestro instinto!

Wakapinka dijo...

Entiendo la sensación perfectamente.
El tren en movimiento siempre a punto de caer al abismo y la imperativa necesidad de bajarse. Estallar a cada minuto y sentir que el miedo es lo que más motiva en lo cotidiano.
Sin embargo, no puedo evitar pensar que las cosas podrían ser más sencillas, o al menos más placenteras. Si uno pudiera abstraerse al menos unos minutos al día y encontrarse con ese lugar íntimo en que conocemos la verdad, el camino, la solución, y no desviarnos de eso. Tal vez los piquetes sigan sucediendo, y los precios continúen subiendo, pero algo se habrá transformado en nosotros y es posible que estemos contribuyendo a hacer un mundo mejor.
Es solo una opinión, o un deseo...qué le voy a hacer? Sabés que estoy muy "zen" en estos días...jaja
Besos
Wakapinka