lunes, 5 de mayo de 2008

JARVIS COCKER

Ayer, mientras volvía a casa del supermercado, presencié la siguiente escena: Un cocker ladrándole insoportablemente a un caballo (en caso de preguntarse cómo llegó un caballo al medio de la ciudad, fue por culpa de algún cartonero transgresor de la ley, dado que está prohibida la tracción a sangre en la ciudad de Buenos Aires)
La cuestión es que el cocker no paró de ladrar y, pese a todos los intentos que hizo su dueña por calmarle, el cocker continuó aturdiendo a toda la cuadra lo cual, me llevó a la siguiente reflexión: Los perros de ciudad y domesticados,
¿¿¿Son de entrada o se van haciendo pelotudos???
Porque a ver: ¡es un caballo por el amor de Dios! De hecho, nosotros, los humanos, tendríamos que tenerle más miedo al caballo que el perro, dado que tanto el perro como el caballo son del reino animal: O sea, ¡Se conocen!
Están los perros que viven en la calle y se ponen como locos cuando pasás en moto, por ejemplo. Se ve que le tienen miedo a esa cosa, que andá saber de donde salió. Pero que un perro cocker (aclaro cocker porque suelen ser compañeros de caza. Es decir, que se frecuentan con los caballos) le ladre a un caballo sin parar, me dio para pensar.
Podrá ser que el ser humano ponga a los bichos así? Y nuevamente, se debe al egoísmo del ser humano que con sus ansias de tener todo lo que esté a su alcance, por el solo hecho de satisfacer su deseo, no ha domesticado a los gatos y los perros sino que: ¿Los ha convertido en pelotudos?
Comencemos por la comida balanceada. Todo bien con que recibirán sus nutrientes esenciales, pero bueno...! Qué terrible debe ser comer lo mismo todos los días y en forma de piedritas, cuando ellos mismos ven los suculentos platos que nos servimos día a día…
Seguimos con sus paseos.
La mayoría tiene a sus paseadores. Afortunadísimos!
No hablemos de los que son llevados a pasear por la mañana y por la noche, de acuerdo a la rutina laboral de sus dueños. Esos si…Se tornan ansiosos e histéricos. En cuanto escuchan el timbre de la puerta, alguna bocina, ladrido nocturno del perro vecino…Ahí están ellos, ladrando sin parar.
Viene el paseador y ese es el único momento del día en el cual, tienen un respiro. Aunque comienza a lo pelotudo: Vamos a buscar a cada uno a su casa, paramos en la casa de cada uno de ellos, esperamos a que bajen y mientras tanto por favor, que ninguno se mee ni se cague! Llegamos a la plaza, damos un par de vueltitas y de nuevo chicos…Todos a la calesita que hay que volver a casa…
Eso es como una colonia de vacaciones que tiene una hora de actividad y cuatro de viaje en camioneta entre ir y venir. Todos los días.
Luego vamos a la pérdida de los instintos. Como por ejemplo, el ladrarle a un caballo!
Supongamos que estamos en el balcón y pasa un pájaro volando muy cerca. Qué hace el perro pelotudo? Sale corriendo y se mete en la casa mientras que Berta, por ejemplo, se pone como loca y comienza a adoptar su mejor posición de alerta ante una posible presa. Pero en realidad, la diferencia es que Berta debe haber nacido y vivido en la calle y hoy, vive con nosotras. Entonces, ya hasta conoce el código de la calle que manejan los humanos. Es diferente. Me pregunto si tendrá que ver el factor raza. Berta no es de raza.
Pero volvamos al cocker pelotudo.
No se, me parece que el ser humano los torna pelotudos y se olvida de colaborar con la preservación de los instintos animales. Porque me imagino que debe haber por ahí, algunos copados que llevan a su perro a dar paseos al campo, por ejemplo.
Nosotras llevamos a Berta al sur y recuerdo haber visto perros locales y visitantes. Los locales, de más está decir que la rompían, pero de los visitantes, muy pocos osaron meterse a buscar el palito en las frías aguas del Nahuel Huapí, por ejemplo...
Los ladridos insoportables del perro del vecino cada vez que pasa Berta, hacen sentir unas ganas extraordinarias de darle esa patada estilo-Lara Croft, de mi propia fantasía.
Loco! Pero si la ves pasar todos los días!!! Ya está, no ladres más!!! No ves que sos un pelotudo!!!
O mejor dicho, el dueño es un pelotudo.
Enseñale!!! Que te cuesta? Si los perros son inteligentes y aprenden…
Vamos al ejemplo de los perros de campo. Son pillos al igual que los gatos. Escuché que tanto los perros como los gatos nos son alimentados regularmente. Esto es para que los gatos cacen lo que tienen que cazar y lo mismo, ocurra con los perros.
En cambio, son llevados a la ciudad y hoy día hasta hay consultas en el veterinario a causa del sobrepeso de algunas mascotas. Psicología y flores de Bach para nuestros amados animalitos. Buenísimo!

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